Curiosidades

El Mercat de Sant Antoni: Intercambios y piratería en 8 y 16 bits

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El Mercat de Sant Antoni se convirtió, a finales de los 80, en el epicentro para el intercambio de software de las principales plataformas de esta época. Si tenías un Amstrad, Spectrum u otro ordenador, si querías estar a la última y eras de Barcelona, este era tu sitio obligado de visita.

El Mercat de Sant Antoni forma parte de nuestros orígenes en la piratería informática, que nos lleva a los años 1.988/1.989, con un CPC 464 y un CPC 6128 en el caso de Ángel, en una época en la que los ordenadores de 8 bits no pasaban su momento más dulce, pero seguían dando guerra. En Barcelona, el Mercat de Sant Antoni estaba situado en el centro de la ciudad, concretamente en el barri de L’Eixample, donde los domingos se ponían paradas alrededor de él, con puestos muy variopintos entre los cuales teníamos algunos en los que se intercambiaban juegos de consolas y ordenadores; aportando el tuyo y dependiendo del juego se tenía que pagar o al revés. También había puestos en los que tenían libros y revistas, ya antiguas, entre las cuales podías encontrar muchas de la época de los 8 bits, donde yo me pasaba largos ratos buscando, para luego poder teclear los programas que venían en ellas.

Bueno, vamos al grano. En unos de los laterales del mercado hay una calle (calle Manso), recta, larga y con un techo en el cual resguardarse. Allí se cocía todo el meollo de la piratería,  el cual os voy a explicar. Sobre las ocho de la mañana, empezaban a llegar los vendedores furtivos (piratas) de todos lo sistemas: Amiga, Atari, C64, MSX, MSX2, Spectrum, Amstrad y también PC. Éramos muchos, cada uno llevaba todo el material que había ido consiguiendo durante la semana. Unos lo hacían por BBS, intercambios con colegas y yo, normalmente, de las novedades que alquilaba en ciertas tiendas para luego copiarlas. Otros mantenían contacto con varios crackers nacionales e internacionales, los cuales les enviaban todo el material, imagino que previo pago (yo no tuve esa suerte), pero Ángel sí tuvo contactos con el mundo de la escena crackers, con gente de la talla de BlackNinja, Jason y los grupos INVOCATION y TRIANGLE POWER.

Luego se creaba una lista con todos los juegos o recopilaciones, impresa con nuestras queridas impresoras de agujas, en mi caso una DMP2000, con Tasword 128. ¡Dios qué recuerdos! En la siguiente imagen tenemos una lista escaneada de la época, cortesía de cRAeM

Intercambio y Piratería: Listados de la época
Lista de Amstrad CPC, año 1.989

Bueno, una vez teníamos todas las copias hechas, y con la lista en la mano, nos íbamos al lugar ya mencionado, y bajo ese techo cada uno iba gritando el sistema que llevaba encima. Yo, evidentemente, gritaba “¡Amstrad!, ¡Amstrad!”, como en las películas antiguas en las que salía el chiquillo gritando el periódico. Parecíamos locos, y entre tanto grito alguien te paraba.

  • ¿Amstrad?
  • Sí. ¿Disco o cinta?
  • Disco.
  • Aquí tienes la lista. Son mil quinientas pesetas por disco; míratelo y me dices. Si tienes alguna duda, me preguntas. Todos los juegos han sido probados.

Normalmente, como ya iban a por las novedades, sabían lo que querían, pero muchos te pedían consejo, y ahí yo me sentía en mi salsa, recomendando e intentando vender ese disco. ¡Qué subidón!

Ángel, que es otro miembro de la comunidad, también estaba por ahí, y así nos conocimos. Íbamos intercambiando, y otros días uníamos discos para vender juntos, e intentábamos ir cambiando juegos con otra gente, para engordar la lista de novedades.

Otra de las cosas que teníamos que intentar era encontrar discos de 3” lo más barato posible, ya que eran caros, muy caros (quinientas pesetas por disco), respecto a los de 5 1/4 y 3 ½. Así que, siempre estábamos al acecho de la oferta. Había una tienda en la Ronda St. Antoni, FASE 4, creo recordar, que nos dejaba las cajas de diez unidades a tres mil pesetas. En el caso de Ángel, él disponía de unidad de 5 1/4 en el Amstrad CPC, con lo que almacenar juegos le era más barato, y compraba los discos en la tienda de Pricoinsa, a diecisiete pesetas la unidad.

Poco a poco, la cosa con la antipirateria se fue poniendo más dura y empezaron las redadas con la Guàrdia Urbana; se presentaban con las lecheras, corriendo porra en mano a ver a quien cogían. En el caso de Ángel, fue arrestado en alguna ocasión, pero puesto en libertad a las pocas horas; eran tiempos en que todo esto era desconocido, y no pasábamos de ser más que unos gamberretes.

Yo, la verdad, llevaba poca cosa encima, básicamente lo que me cabía en el bolsillo interior de la chaqueta, que son entre unos cinco o diez discos, pero la gente potente de ese lugar, sobre todo Commodore Amiga, llevaban mochilas de viaje enteras de discos con juegos. Se colocaban alejados, para que no los viesen, y uno del grupo se quedaba en un bar o una portería, y cuando el vendedor conseguía una venta, tú como comprador tenías que esperar hasta que el vendedor iba a buscarlo y te lo traía. Estamos hablando de gente, que en un domingo, podía llegar a vender cien mil pesetas. Sí. ¡Cien mil pesetas! Una animalada para un crío de entre catorce y dieciséis años. Yo, si vendía todos los discos, podía llegar a sacar entre siete mil quiniestas y quince mil pesetas en un domingo, pasándomelo bien. ¡Era un lujo!

Bueno, en el momento que llegaba la policía, el primero que los veía gritaba “¡Agua! ¡Agua!”. El resto lo podéis imaginar, al igual que los manteros de ahora, a correr como locos y esconderse para que no te pillasen. ¡Subidón de adrenalina!

El Mercat de Sant Antoni: Una de las zonas de intercambio de libros, revistas, juegos...
Libros y revistas

Poco a poco, la cosa se puso peor. Yo lo dejé, y ahí perdí el contacto con Ángel, por miedo a que me pillasen. Las multas eran altas y podías ir a prisión, así que ahí acabó mi periplo por el mercado, aunque siguió funcionando durante años. Luego llegaron las consolas, pero ese es otro momento que a mi no me interesó.

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10 comentarios

  1. Bhuuaaaa!! Yo no conocí el mercat en aquella época porque tenía 6 años y las copias me las traía mi vecino más mayor… Lo conocí más tarde con juegos de pc y posterior con juegos de play, me acuerdo de ver a chavales con mochilas ofreciéndote cds, 1000 pelas, 2000 con serigrafía… Que buenos recuerdos me han venido leyendo tu artículo!!

  2. Yo aquello no lo conocí, por área geográfica me tocaba ir al Rastro.
    Aquí en Pinto había un tipo, mayor que nosotros, que vendía lo mismo cintas de El Fary, que cintas de Dinamic. Ponía un puesto en el mercadillo, que aquí se ponía, y se sigue poniendo, los jueves.
    Le compré varios juegos, tanto de Spectrum como de Amstrad, y además tenían garantía. Si no te cargaba, el siguiente jueves ibas y te lo descambiaba.
    Como anécdota, muchos de los juegos que vendía estaban desprotegidos por Abraxas, y nosotros, pobrecitos, creíamos que era él. ¡Le comprábamos los juegos al propio Abraxas! jejejejejejejeje.
    De pronto, un día ya no volvió a poner el puesto y nos enteramos que le habían crujido. Tras él calleron varios vídeo clubes.
    En Pinto también hubo un grupo de varios amigos, que en el piso que los padres de uno de ellos tenían vacío, montó un chiringo de alquiler de videojuegos para Spectrum; todos piratas. Cobraban, creo que cinco duros, por llevártelos una semana. Algunos se fueron en el bolsillo de la cazadora, sin pagar, y nunca volvieron.
    Que recuerdos.
    Luego empezaron a vender las series leyenda, por entre trescientas y cuatrocientas cincuenta pesetas, en los puestos de prensa, y ya no merecía la pena comprar juegos piratas. Yo era de cinta.

  3. A mi, este tipo de mercados, me pillaban muy lejos jeje, intercambiaba juegos en el colegio con amigos eso si , pero realmente nunca llegué a comprar juegos piratas.

  4. – Los mejores años. Los viví como usuario desde que tuve Spectrum, y luego me pasé al Pc. En la buena época toda la calle Manso y hasta daba la vuelta; los piratas con cintas hasta en los calcetines, la policía rondando por ahí sin gorra pero los conocíamos todos (hasta los saludábamos); mañanas enteras dando vueltas, ayudando a aquél ‘amigo’ con los catálogos mientras iba a por las cintas/Cd’s que no tenía encima… Luego hubo una época mala y la cosa se dispersó; con mi pirata de confianza pasamos a quedar delante del cine Urgell, y los pedidos los hacía el viernes por teléfono. Luego con Pc y los Cd’s volvió a resurgir; el ambiente ya se centraba delante dels Tres Tombs, y había ‘redadas’ cada cierto tiempo; ese día o no había nadie o todos estaban condidos por los alrededores (alguna carrera me he pegado por las callejuelas con la urbana detrás). Y todo duró hasta que entonces empezaron a aparecer los locales de alquiler de juegos dónde, a parte de juegos, ‘alquilaban’ también algunos programillas bajo mostrador. Y ya estaba floja la cosa y aparecieron las grabadoras baratas e internet; ahí se acabó todo, al menos para mi.

  5. Si… menudos recuerdos… yo fui uno de los fundadores de aquel sitio… La Spanish Cracking Service, Crackedman, etc…
    Spectrum Commodore, Amstrad, y MSX, por supuesto… algunas veces llevaba algo de PC.
    Casi cada semana nos ibamos a Londres a buscar las cosas, teniamos que estar hasta el Jueves pues no habia aviones cada dia, llegar el jueves por la noche, desproteger todo, copiarlo el Sabado, venderlo el Domingo por la mañana, y el Domingo por la tarde el avion de nuevo para Londres. Luego el Lunes a New Oxford Street a Shekana Computer Services, comprar todo y pasarnos tres dias haciendo el canelo por los recreativos… que descubrimos que si pegabamos dos «duros» (10 ptas) con pegamento, colaban como una moneda de Libra (250 ptas) en las maquinas, que eran un par de partidas del OutRun. Nos pasabamos toda la tarde jugando, sin hablar mucho para que no nos descubrieramos que eramos los españoles y asociaran las monedas de «duro» en la cajuela de monedas de la maquina con nosotros. No podiamos volver a repetir en el mismo salon en unas cuantas semanas… pero como habia muchos y las maquinas estaban por todos lados, no nso aburriamos.
    Que tiempos, que tiempos….

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