Curiosidades

Ser coleccionista retro y no morir en el intento

¿Cuándo dejamos de ser coleccionistas para convertirnos en acaparadores?

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¿Coleccionistas o seguidores de una moda pasajera?

En una época de remakes, nostalgia, falta de ideas, añoranza… nos encontramos con gente que echa de menos tiempos que consideraban mejores. Y entre esas personas están aquellas que llenan ese vacío convirtiéndose en coleccionistas de todo tipo de enseres. 

Los hay que coleccionan coches de juguete, cámaras de fotos, llaveros, vinilos, figuras de acción… Podemos distinguir a aquellos que se limitan a hacerse con aquellos artículos que tuvieron de niños y esos otros que se lanzan a la caza de todo tipo de “chollos” y oportunidades.

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El árbol soñado del coleccionista

En el mundo de los videojuegos pasa igual. Los hay que coleccionan solo juegos antiguos, pero también los que coleccionan todo tipo de reediciones de antiguos títulos. Pero lo cierto es que entre cacería y cacería surge el ya tan hablado problema de los precios prohibitivos, los especuladores… 

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El coleccionista siempre a la caza

Y para hacerse con todo este tipo de joyas, no puedes perder el tiempo.  Nos toca movernos por todo tipo de páginas, puntos limpios, tiendas… Hay que estar muy atento porque a la mínima te encuentras con lo que buscas junto a un cartelito de vendido o reservado. También están las pujas, con la incertidumbre de saber si podrás hacerte con un tesoro a buen precio. Pocas son las veces que esto sucede, siempre con la tentación de… y si subo 1 euro más… ¡Cuidado! No suele acabar bien. Tiempos aquellos en los que solo tenías que quedar con un compañero del cole y tirar de doble pletina o de Discology

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Tesoro para el coleccionista

Se puede hablar también de aquellos que tiran a por las máquinas y ordenadores de antaño. Bien porque son las que en su día tuvieron cuando eran niños o bien porque las desearon, pero no pudieron tenerlas en su día. La búsqueda del santo grial parece no tener fin, y los hay que no desfallecerán hasta dar con un nuevo tesoro. Entre juego y juego siempre aparece la tentación de pillar un Master del Universo o similar para custodiarlo todo y que nadie toque lo que no debe sin antes preguntar.

La realidad es que ya llega un momento en que pasas de hacerte con el material que tenías de niño a querer más y seguir coleccionando con el miedo de que Diógenes se quede a vivir en tu casa y juguéis partidas a dobles.

Pasa el tiempo y vas dando forma a tu Batcueva o, en su defecto, por falta de habitaciones en tu casa, a tu rinconcillo retro. Solo los elegidos tienen el privilegio de entrar a él, por no hablar de tocar alguno de tus preciados tesoros. Obligada visita también a grandes superficies del mueble a por estanterías, vitrinas y expositores de todo tipo en los que poner nuestros trofeos. Eso siempre y cuando no se los haga uno mismo. Las carpinterías son muy apreciadas también por los coleccionistas.

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En el lugar menos pensado hay algo de valor para el coleccionista

Al final no sabemos si nos convertimos en coleccionistas, o simplemente nos dedicamos a amontonar cosas. Este afán por coleccionar o hacerse con todo tipo de material puede volverse en tu contra y dejar tu cuenta corriente tiritando, así que, sobre todo, disfruta de lo que tienes con sentido común, de la manera que más te guste, jugando o dejando todo expuesto en esa bonita vitrina que compraste expresamente para tus cositas.

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5 comentarios

  1. Yo creo que hay muchos perfiles de aficionado al retro, el coleccionista es uno más.
    También está el aficionado a los juegos, al cacharreo software y/o hardware, el que emula, el que no emula, etc…

  2. Unos coleccionan juegos, otros libros y conocimientos de programación, Retro. Algunos critican llevándose las manos a la cabeza por tal despilfarro de tiempo y recursos en máquinas tan antiguas y obsoletas. Quizás la obsolescencia solo está en su mente.

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